Para muchos dueños de perros, compartir la cama con su mascota es un acto de cariño y compañía. Sin embargo, algunos se preguntan si esta práctica podría tener efectos negativos en la salud, comportamiento o calidad del sueño, tanto para ellos como para sus perros. En este artículo, analizamos los pros y contras de dormir con tu perro en la cama y te ayudamos a decidir si es la mejor opción para ambos.
Ventajas de dormir con tu perro en la cama
Sentido de compañía y seguridad: Dormir junto a tu perro puede aumentar la sensación de seguridad y bienestar, tanto para el dueño como para el animal. Muchos propietarios reportan dormir mejor, sintiéndose acompañados y más tranquilos con su perro cerca.
Vínculo emocional: Compartir la cama refuerza el vínculo afectivo entre el perro y su dueño. Para los perros, dormir cerca de su “manada” es natural, y esta cercanía puede hacerlos sentir seguros y amados.
Reducción del estrés y ansiedad: La presencia de una mascota en la cama puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, tanto en los humanos como en los perros. Estudios han demostrado que acariciar a un perro antes de dormir puede reducir los niveles de cortisol y mejorar el estado de ánimo.
¿Es malo o bueno?
Dormir con tu perro no es malo, pero depende de factores personales y del propio perro. Si disfrutas de la compañía y tienes un perro limpio, bien entrenado y de temperamento tranquilo, es probable que no haya inconvenientes importantes en compartir la cama. Sin embargo, si tienes problemas de alergias, un sueño ligero o un perro con problemas de comportamiento, quizá sea mejor optar por que el perro tenga su propio espacio para dormir.
Impacto en la Calidad del Sueño: Los movimientos o ruidos de tu perro durante la noche pueden interrumpir el sueño, especialmente si el perro es inquieto o tiene patrones de sueño diferentes. Esto podría afectar la calidad del sueño a largo plazo y provocar fatiga.
Problemas de Higiene: Aunque los perros pueden estar limpios, inevitablemente traen polvo, bacterias o alérgenos en su pelaje. Esto puede representar un problema para personas con alergias, asma o piel sensible. Lavar la cama y mantener una higiene adecuada se vuelve crucial en estos casos.
Potenciales parásitos y bacterias: A pesar de tener un buen control veterinario, los perros pueden portar parásitos externos (como pulgas y garrapatas) o bacterias que podrían transferirse a la cama. Asegurarse de que el perro esté al día en su control antiparasitario es fundamental.
Si decides que no quieres que tu perro duerma en la cama pero quieres que esté cerca, aquí algunas alternativas:
La cama de tu perro a un lado de la tuya. Coloca una cama para perros cerca de la tuya para que el perro esté en tu misma habitación sin ocupar el mismo espacio de descanso.
En algunos casos, asignar un sofá o una cama elevada en la misma habitación brinda al perro un lugar cómodo y accesible para dormir cerca de ti sin estar en la cama.
Permitir que tu perro duerma en la cama tiene tanto beneficios emocionales como posibles inconvenientes de salud e higiene. La decisión depende del estilo de vida, preferencias y salud de cada persona y perro. Evaluar ambos lados y probar diferentes opciones te ayudará a determinar qué es lo mejor para ti y tu mascota.