La comida fresca para perros es una opción muy nutritiva, con ingredientes de alta calidad, pero si no se almacena adecuadamente puede perder su valor nutricional o generar riesgos sanitarios. Un almacenamiento incorrecto puede llevar a que se eche a perder, proliferen bacterias o simplemente que tu peludo rechace su comida.
Tipos de comida fresca y sus recomendaciones de almacenamiento
Dependiendo del tipo de comida fresca que tengas (congelada, refrigerada o deshidratada), las condiciones de almacenamiento varían. Aquí te explicamos cómo hacerlo para cada caso:
Comida fresca congelada
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Si tu alimento llega congelado, siempre guárdalo en el congelador hasta que lo vayas a usar.
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Para servir, trasládalo al refrigerador unas 24 horas antes para que se descongele.
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Una vez descongelado, puedes guardarlo en el refri hasta una semana, según la etiqueta.
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Cuando alimentes a tu perro, retira una porción y caliéntala si quieres (muchos perros prefieren que esté tibia). Si usas el microondas, revuelve bien y verifica que no queden “zonas calientes” que le puedan quemar la boca.
Comida fresca refrigerada
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Este tipo de alimento ya viene refrigerado y debe mantenerse en el refrigerador mientras esté cerrado.
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Una vez que abras el envase, úsalo dentro de una semana, según las recomendaciones de Chewy.
Comida fresca (estable a temperatura ambiente)
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Se guarda en un lugar fresco, seco y oscuro, como una alacena o estante en la cocina.
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Al abrirla, guarda la parte restante en el refrigerador y úsala en una semana. Algunas marcas recomiendan refrigerarla no más de 3 días, por lo que es importante leer la etiqueta.
Comida fresca deshidratada
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Almacénala en su empaque original, en un sitio fresco, seco y oscuro.
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Después de sacar la porción para tu perro, sella bien el paquete (retira el aire lo más posible) para conservar su frescura.
Cuánto tiempo se puede guardar la comida fresca
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Congelada: hasta su fecha “mejor si se usa antes” mientras permanezca en el congelador; después de descongelarla, hasta una semana en refrigeración.
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Shelf-stable: antes de abrir, hasta su fecha de caducidad si se mantiene en un lugar fresco; una vez abierta, usar en una semana (o según las instrucciones del fabricante).
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Deshidratada: en lugar fresco y seco hasta su fecha de caducidad.
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Además: una vez que sirves la comida (cualquiera de los tipos anteriores), no dejes la porción fuera por más de 4 horas; después de ese tiempo, descártala si no se ha comido.
Consejos para mantener la comida fresca en buen estado
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Conserva el alimento en su empaque original tanto como sea posible; esto ayuda a protegerlo del aire y la luz.
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Si es necesario, vuelve a sellar bien el empaque para minimizar el contacto con el aire.
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Al comprar, verifica que la fecha “mejor si se usa antes” o la fecha de venta esté lo más lejos posible para garantizar frescura.
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Lava el recipiente o el plato donde sirves comida húmeda después de cada uso para evitar bacterias o moho.
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Si notas algo raro (olor, cambio de textura, moho), mejor descarta la comida: no vale la pena arriesgar la salud de tu perro.
Riesgos de una mala conservación
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Si la comida fresca no se almacena correctamente, puede disminuir su calidad nutricional y volverse insegura para el consumo.
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La exposición al calor, al aire o a la humedad puede favorecer el crecimiento de bacterias.
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Si dejas comida húmeda fuera de la nevera por más de 4 horas, puede descomponerse y volverse peligrosa.
Una práctica que vale la pena cuidar
Almacenar bien la comida fresca de tu perro no es solo una cuestión de organización, sino de salud. Con un manejo correcto (según el tipo de comida) puedes maximizar su vida útil, mantener sus nutrientes y proteger a tu mascota de riesgos alimentarios. Seguir las instrucciones del fabricante y poner en práctica buenos hábitos de higiene es la clave para que cada comida sea tan fresca como segura.
