Perros y gatos son mamíferos homeotermos, capaces de mantener su temperatura corporal mediante la termorregulación. Sin embargo, su percepción del frío no es idéntica a la humana. Su tolerancia depende de factores fisiológicos como el grosor del pelaje, la presencia de subcapa, la grasa corporal, la edad, el tamaño y su estado de salud.
Las razas con doble capa (como huskies, malamutes o gatos siberianos) conservan mejor el calor, mientras que los animales de pelo corto, estructura delgada o bajo peso son más sensibles. A diferencia de los humanos, los animales no “deciden” abrigarse; dependen del entorno y de sus tutores para mantenerse seguros.

¿Existe un umbral universal de riesgo por frío?

Aunque cada individuo es distinto, hay rangos generales que sirven como guía. En perros, la incomodidad suele comenzar cerca de los 7 °C y el riesgo real de hipotermia aparece por debajo de 0 °C, especialmente en razas pequeñas o de pelo corto. En gatos domésticos, la exposición prolongada por debajo de los 10 °C puede causar estrés térmico o hipotermia ligera. Además, factores como viento, humedad o superficies frías aceleran la pérdida de calor incluso cuando la temperatura ambiental no parece extrema.

¿Cuál es la temperatura límite para que estén al aire libre?

Mientras la temperatura se mantenga por encima de 7 °C, la mayoría de perros y gatos pueden estar al aire libre sin complicaciones, siempre que tengan refugio y no estén expuestos por tiempos prolongados. Cuando la temperatura desciende hacia los 0 °C, es necesario limitar el tiempo afuera y supervisar de cerca. Por debajo del punto de congelación, las mascotas que viven dentro de casa solo deberían salir unos minutos para sus necesidades. En temperaturas inferiores a –6 °C, incluso animales adaptados al frío pueden sufrir lesiones en orejas, cola o almohadillas.

¿Qué mascotas y razas son más vulnerables al frío?

Más susceptibles

• Razas de pelo corto o sin pelo (galgo, doberman, xoloitzcuintle, esfinge).
  

• Perros pequeños o animales con bajo peso corporal.
  

• Cachorros y gatitos (sistema de termorregulación inmaduro).
  

• Animales geriátricos o inmunocomprometidos.
  

• Mascotas con enfermedades cardíacas, respiratorias o endocrinas.
  
  

Más resistentes

• Razas con doble capa y pelaje denso (malamute, samoyedo, gato noruego).
  

• Animales con buena masa muscular y grasa corporal adecuada.
  
  

Signos de alarma: ¿cómo saber si tu mascota tiene demasiado frío?

Los primeros signos incluyen temblores, postura encogida y búsqueda insistente de refugio.
Si la exposición continúa, pueden aparecer:

• Letargo o movimientos lentos
  

• Orejas, patas o extremidades frías al tacto
  

• Encías o piel con tono pálido o ligeramente azulado
  

• Desorientación o falta de coordinación
  
  

En fases avanzadas de hipotermia es posible observar respiración lenta, pulso débil, reflejos disminuidos o pérdida de conciencia. Ante cualquier señal persistente, es fundamental llevar al animal a un ambiente cálido y consultar al veterinario.

¿Se recomienda el uso de ropa o abrigos?

Sí, especialmente en perros pequeños, delgados, ancianos o de pelo corto. Los abrigos ayudan a conservar el calor siempre que:

• Ajusten bien sin apretar
  

• Sean transpirables
  

• No restrinjan el movimiento
  

• Estén completamente secos
  
  

En gatos, la ropa suele no ser bien tolerada, por lo que es mejor priorizar refugios cálidos y mantas. Cualquier prenda húmeda debe retirarse de inmediato, ya que la humedad aumenta la pérdida de calor.

¿Deben restringirse los paseos en frío extremo?

Durante olas de frío, los paseos deben ser más cortos y supervisados.

• Entre 0 °C y –7 °C, paseos de 15–30 minutos pueden ser seguros para perros sanos con buen pelaje.
  

• Por debajo de –10 °C, las salidas deben limitarse estrictamente a lo necesario.
  La regla más simple: si para ti hace demasiado frío, también lo hace para tu mascota. Siempre intenta salir en las horas más cálidas del día y evita superficies heladas.
  
  

¿Cómo proteger las almohadillas de las patas?

Las almohadillas sufren mucho en climas fríos por el contacto con hielo, nieve o sal.
Recomendaciones:

Antes del paseo

• Aplicar cera protectora o bálsamo especial.
  

• Considerar botines si la mascota los tolera.
  
  

Después del paseo

• Secar bien las patas.
  

• Retirar restos de hielo, humedad o químicos descongelantes.
  
  

Esto evita irritación, grietas y quemaduras químicas.

¿Debe modificarse la dieta en invierno?

Depende del estilo de vida de cada mascota.

• Mascotas de interior con calefacción: suelen mantener el mismo requerimiento calórico.
  

• Mascotas expuestas al frío o con actividad alta en exteriores: pueden necesitar un aumento del 10–20 % en la ración, ya que gastan más energía para mantener su temperatura corporal. Cualquier ajuste debe hacerse gradualmente y monitoreando peso y condición corporal para evitar sobrepeso.
  
  

¿Hay que prestar especial atención a la hidratación?

Sí. En invierno, muchos animales beben menos agua, lo que aumenta el riesgo de deshidratación.
Recomendaciones:

• Mantener el agua a temperatura ambiente.
  

• Cambiarla con frecuencia.
  

• Evitar recipientes metálicos muy fríos.
  

• Verificar que el agua exterior no esté congelada.
  

• Añadir alimento húmedo o usar fuentes de agua para estimular el consumo.
  
  

¿Cuándo acudir al veterinario de inmediato?

Busca atención urgente si tu mascota presenta:

• Temblores intensos que no desaparecen
  

• Letargo severo o colapso
  

• Respiración lenta o irregular
  

• Encías muy pálidas o azuladas
  

• Extremidades rígidas o muy frías
  

• Dolor intenso en patas tras estar al frío
  

• Pérdida de conciencia
  
  

Estos signos indican hipotermia moderada a severa o congelamiento, y requieren intervención inmediata.

El frío sí importa y mucho

Perros y gatos no experimentan el frío igual que nosotros. Su capacidad para tolerarlo depende de su especie, tamaño, pelaje y salud. Con una combinación adecuada de supervisión, abrigo, protección de patas e hidratación, puedes mantenerlos seguros durante todo el invierno. La prevención siempre será la herramienta más poderosa para evitar emergencias.