La esterilización (también conocida como castración) es el término común utilizado para describir el procedimiento quirúrgico durante el cual se extirpan ambos testículos para esterilizar (hacer infértil) a un perro macho, deteniendo así su capacidad de reproducirse.
¿Cómo es el procedimiento?
La cirugía de castración es una cirugía común que rara vez resulta en problemas. Sin embargo, siempre existe cierto grado de riesgo cuando se somete a un animal a anestesia general.
Es mejor realizarle análisis de sangre y un examen físico a su perro antes de la cirugía para asegurarse de que esté sano y no tenga problemas de salud subyacentes. Estos incluyen problemas con el hígado y los riñones o soplos cardíacos.
Cada cirugía tiene sus riesgos. Saber qué esperar el día de la cirugía te ayudará a gestionar inquietudes y preparar a su perro para el procedimiento.
La noche anterior y la mañana de la cirugía, asegurate de seguir las instrucciones que te haya proporcionado su veterinario con respecto a la retención de alimentos o agua.
El día de la cirugía, tu perro tendra que quedarse en el consultorio del veterinario, donde se le colocará un catéter intravenoso y se realizarán las pruebas previas a la cirugía necesarias, si aún no se han completado en una cita preoperatoria. La cirugía es relativamente rápida, por lo que puedes llevarte a tu perro a casa ese mismo día, después de un período de observación para comprobar que se está recuperando bien de la anestesia.
¿Qué debo preparar para su recuperación?
Caja con ropa de cama limpia y seca.
Collar isabelino (si el veterinario no le proporciona uno)
Tapete para lamer
Correa
Prepara una habitación tranquila o una jaula como área de recuperación. Proporciona ropa de cama limpia y seca, agua fresca y un tapete para lamer que lo mantenga entretenido. Cuando lo saques de casa, asegurate de mantenerlo atado para evitar que corra, juegue o salte, lo que podría dañar el sitio de la cirugía. Esto es especialmente importante si se necesita cirugía abdominal.
¿Cuáles son las ventajas?
Reduce el riesgo de hiperplasia prostática benigna (agrandamiento de la próstata que aparece con la edad) y prostatitis (infección de la próstata)
Reduce el riesgo de enfermedades relacionadas con las hormonas, como el adenoma perianal (tumor benigno alrededor del ano)
Elimina el riesgo de cáncer testicular, el segundo cáncer más común en perros intactos (no castrados)
Elimina los impulsos sexuales, lo que generalmente disminuye los comportamientos de itinerancia
Los perros castrados generalmente viven más tiempo que los perros no castrados.